Los tres círculos representan la vida. La vida, que es inusual y extraña, pero que también puede ser maravillosamente bella y maravillosa. Hay que pasar por esta vida, a veces con todas las fuerzas y a veces relajado, ¿no es así? Hay que pasar por los clásicos altibajos. Mirar al futuro es bueno, incluso tener una visión es aún mejor, pero lo más importante es el momento, la singularidad.

¿De qué se trata esta vida? La cuestión del significado se ha planteado a menudo y nunca se ha respondido del todo. Sin embargo, la discusión al respecto representa el verdadero valor añadido, porque entonces podemos por fin pensar. Y no sólo eso, sino también soñar y sentir. Es importante no sólo aceptar la paz, sino interiorizarla. Vivir según ella y emularla. Tanto la paz mundana como la paz interior de la mente dependen de nuestros pensamientos y de nuestra forma de vida.

La cuestión más importante para nosotros es si podemos ser significativos o no. Y no podemos hacerlo sin entender la dependencia del otro círculo. La pasión siempre se relaciona con el amor y la experiencia siempre se relaciona con el conocimiento. ¿Cómo puedes confiar sin tener verdaderos amigos que te lo muestren? Dar no sólo te procura la plenitud desde el punto de vista endocrinológico, sino que también te procura la libertad desde el punto de vista filosófico. Cuando entendemos este principio y lo interiorizamos de verdad, entonces podemos vivir y experimentar. Estamos ahí por nuestra familia y movemos las fronteras artificiales de esta tierra. Trata de entender esto y vive de acuerdo con ello y la satisfacción y la felicidad no estarán lejos.